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Lección de Vida

Cierta Mañana cuando llevaba a mi pequeño hijo al colegio, mientras el observaba todo nuestro alrededor de repente y casi de la nada apareció este señor sin piernas, arrastrándose, bueno o más bien caminando con las manos por toda la ciudad.

Imaginen la sorpresa de un niño de tres años. La pregunta no se hizo esperar. Mami el señor no tiene piernas y entonces como camina? Donde están? Porque pone las manos en el suelo?
En un instante la sorprendida era yo fruto de la curiosidad y las interrogantes de mi hijo que decido contestar de la mejor forma para que me entendiera.

Comencé diciéndole: mira corazón, el Sr. No tiene piernas porque a veces papa Dios permite que las personas nazcan de esa forma por alguna razón o puede haber tenido un accidente y haberlas perdido por esa causa. Pero Dios no nos da una situación que no podamos manejar. Al señor le ha dado dos manos fuertes para que pueda moverse y hagan las veces de sus piernas y así andar libremente.

Mientras continuábamos nuestro camino al colegio, reflexionaba y le agradecía a Dios por el niño sano que me dio, porque tengo mis dos piernas y aunque me duelen a veces puedo caminar con ellas, le enseñaba a mi hijo lo importante de valorar las cosas que tenemos, porque hay personas en todo el mundo que les falta lo que uno tiene. Definitivamente ese día un pequeño me dio una lección de vida.